El Parque Nacional El Chico, joya natural de Hidalgo, enfrenta una crisis ecológica: una plaga de insectos descortezadores ha afectado ya una cuarta parte de su bosque. Ante esto, el Comando Unificado de Contingencia Fitosanitaria —integrado por gobierno, científicos y comunidades— despliega un plan con 15 millones de pesos y tecnología para salvarlo.
En rueda de prensa, Erika Ortigoza (COESBIOH) detalló las acciones:
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Drones para monitoreo aéreo.
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Inyecciones sistémicas a árboles enfermos.
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Extracción controlada de madera infestada.
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Brigadas comunitarias capacitadas.
Además, universidades como la UNAM y Chapingo aportan investigación y asesoría.
Elizabeth Quintanar (Turismo) enfatizó que el parque sigue abierto, pero con restricciones temporales en peñas como La Muela y Las Ventanas. El Albergue Alpino ahora aloja a brigadistas, mientras senderos como El Venado permanecen accesibles.
”Esto no es solo un tema ambiental; es turístico, económico y social“, declaró Quintanar. El llamado es a practicar turismo responsable: sin fogatas, respetando señales y evitando zonas vedadas.
¿Cómo afecta esta plaga al ecosistema?
Los insectos descortezadores (como el Dendroctonus) matan árboles al tunelar bajo su corteza, bloqueando nutrientes. En El Chico, esto amenaza:
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Biodiversidad: Hábitat de venados, halcones y hongos endémicos.
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Captación de agua: Riesgo para mantos acuíferos.
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Turismo: Pérdida de paisajes icónicos como Las Peñas.
Según Rafael Islas, director del parque, la plaga se agravó por sequías y calor extremo. Por eso, las medidas incluyen:
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Aspersión de productos orgánicos.
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Reforestación con especies resistentes.
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Vigilancia en 11 campamentos autorizados.
Mientras brigadas locales y drones trabajan en campo, universidades analizan datos para prevenir futuros brotes. El éxito depende de todos: autoridades, científicos y turistas. ¿La meta? Que El Chico siga siendo el “pulmón” de Hidalgo para las próximas generaciones.
