La desaparición del obispo emérito de la Diócesis Chilapa-Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza, ha generado un revuelo de especulaciones y preocupaciones en la comunidad eclesiástica y la sociedad en general. Desde su reciente aparición en un hotel hasta su llegada al Hospital “José G. Parres” de Cuernavaca, los detalles han dejado más preguntas que respuestas.
Según informes oficiales, videos de seguridad revelan que el obispo ingresó al hotel Real Ocotepec acompañado por un hombre, quien posteriormente abandonó el lugar. El comisionado estatal de Seguridad, José Ortiz Guarneros, confirmó que el obispo permaneció en el hotel durante los días críticos de su ausencia, desde el sábado 27 hasta el domingo 28, cuando fue asistido por la Cruz Roja.
Lo que inicialmente fue reportado como una desaparición se tornó aún más confuso cuando se reveló que el obispo había sido encontrado en un hotel y luego trasladado al hospital. Sin embargo, su identidad no fue confirmada hasta el día siguiente. Desde entonces, se encuentra bajo atención médica en un hospital privado.
La investigación tomó un giro inesperado cuando el fiscal Uriel Carmona sugirió la posibilidad de un secuestro, basándose en retiros de dinero de las cuentas del obispo. Sin embargo, este escenario fue descartado por la Comisión Estatal de Seguridad (CES) tras el hallazgo de cocaína y benzodiacepinas en el organismo del obispo. Ortiz Guarneros expresó sus dudas sobre la hipótesis del secuestro exprés y aseguró que toda la información ha sido compartida con la Fiscalía General del Estado (FGE).
El misterio en torno a la desaparición del obispo Rangel Mendoza ha dejado a la comunidad perpleja y en busca de respuestas. Mientras tanto, las autoridades continúan investigando para esclarecer los hechos y determinar las circunstancias exactas que rodearon su ausencia.
La comunidad de internautas ha expresado consternación sobre la situación y se pregunta si la Iglesia Católica emitirá un comunicado en explicación al extraño incidente que ha agobiado a la comunidad.
